Los
rayos del rey sol apenas pespuntaban por arriba de los cocoteros, los vientos
alejaban la penumbra de la madrugada,
los pájaros se revoloteaban sobre el
verde pasto del jardín. Las límpidas aguas se reposaban en la quietud de la
piscina
--- ¡Splash…!--- salpicó el ambiente
por la caída de alguien en las cálidas aguas.
--- ¡La niña…!---gritaron, saliendo
en loca persecución hasta asomarse en el borde de la orilla.
---Hola…! ¡Sorpresa! --- ella saludó
después de asomarse en la esquina opuesta, la sonrisa en sus labios, galante picardía
en su carita, levantó sus brazos mientras mostraba su intrépida hazaña.
---Aquí estoy, ya se nadar.---finalizó
la cantaleta
--- Oye, si que nos asustaste,--- la
abuela le indica señalándole con el dedo índice y con el seño fruncido.---
Nunca debes meterte al agua, sin que alguien te esté vigilando.---
La Jovencita con tan solo 6
años, se sumergió nuevamente, evitando así el regaño, luego atravesó el agua
hasta asomarse en la otra orilla junto a las gradas, de donde salió caminando, se
envolvió en su toalla de playa, sacudió su hermoso pelo, limpió sus grandes ojos
negros, dirigiéndose pasito a pasito hasta acercarse donde se encontraba su
abuela.
--- Ya-Ya, te amo ---como gatito se
arrumacó en su regazo, recibiendo las caricias con toda humildad
--- Yo también te quiero mucho, me diste
un gran susto---
--- Sabes una cosa, me gustó y lo
volveré hacer, siempre y cuando tu me acompañes,---guiñándole el ojo.
Fundidas
en un abrazó se dirigieron al salón de la casa, donde el resto de la familia
observaba el evento.
Entre
aplausos y sollozos vitorearon a la sirenita, ella se contorneaba coquetamente
mostrando su travesura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario